De estúpidos y tiranos

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De estúpidos y tiranos
por Gustavo Rubio

“Las tiranías fomentan la estupidez”. Simple y contundente frase de Jorge Luis Borges que bien describe lo que viene sucediendo en la Argentina desde hace rato en el plano de las libertades individuales y, sobre todo, en lo que hace al desarme civil. Desde el aumento de las arbitrariedades burocráticas de los trámites necesarios para registrar un arma a la imposibilidad absurda de emitir la portación a personas capacitadas porque no trabajan directamente en ciertas partes del Estado (e incluso ni siendo así muchas veces) pasando por datos pocos serios e imposibles de corroborar más allá de lo ideologico o subjetivo, la Argentina se ha convertido en una vergüenza en materia de Seguridad desde la creación de la Red Argentina para el Desarme y ONGs turbias relacionadas allá a principios de los 2000. Lo peor es ninguna de las ONGs que asesoran a los gobiernos desde las sombras y viven vaya a saber uno de que financiamiento se hacen cargo del fracaso de sus mentiras que se vienen cobrando vidas y presupuestos desde hace un par de décadas.    
Días atrás asistimos al ritual anual de la propaganda del desarme civil: la destrucción de miles de armas con el único propósito de que se diga que se está haciendo algo para que Doña Rosa se crea que va a estar más segura. Ni siquiera se tiene la lucidez de recaudar dinero vendiendo partes o material a legítimos usuarios o conservar parte de la historia del país. La Cultura de la Cancelación siempre estuvo presente fogoneada por una hoplofobia impostada.
El humo de la puesta en escena es tan denso como el que salía de los hornos de fundición en donde “13.000” armas ilegales de diversos orígenes eran destruídas en una ceremonia de tintes mágicos en la cual Urristi (director nuevo del ANMAC) junto a Losardo (Ministra de Justicia) Frederic (Ministro de Seguridad) y Fabiola Yañez en su calidad de primera dama (¿?) posaron junto a contenedores con armas oxidadas de diversas calidades y orígenes para destruir la maldición animista que le da poder a los objetos inanimados por sobre la voluntad de las personas.
Después de declaraciones varias y memorizadas, frases vacías tribuneras y la promesa de seguir trabajando para combatir a la inseguridad nos encontramos con que no sólo el fetiche económico de la Red Argentina para el Desarme le costó al país, en tiempos de pandemia, decenas de miles de pesos necesarios para salud sino que no sirvió para nada.
Partiendo de los datos oficiales se sabe que durante el ASPO (aislamiento social)  disminuyó la cantidad denuncias (una cuestión lógica porque no nos dejaban salir de casa y las FFSS estaban desbordadas haciendo cosas solo factibles en un Estado de Sitio) y algunas modalidades aumentaron (otra cuestión lógica porque liberaron como 7000 presos cumpliendo condena por el temita de no tener el sistema carcelario modernizado ni acorde). También se sabe que cada vez se utilizan más armas de fuego para delinquir por más que Losardo, Yañez y en especial a Frederic se esfuercen disimular que están haciendo algo (lo lamento por Urristi que también se vio manchado en esta)
El aumento de los delitos de extrema gravedad como los robos con uso de armas de fuego y los homicidios protagonizados por menores de edad, muertes y amenazas narcos, toma de tierras violentas en sur, incendios y destrucción de millones en cosechas, y en especial, los delitos contra la integridad sexual y los femicidios se deben esencialmente a la falta de acción del Estado o por omisión consciente de cumplir su labor, por un lado. Por otro: por la falsa idea progresista de que la legítima defensa está mal.
Este combo siniestro de inoperancia estatal y abolicionismo anticonstitucional le insume al país millones de dólares en perdidas materiales e incontables generaciones de sufrimiento en vidas humanas. Según los datos que registra el Ministerio de Seguridad bonaerense, entre los meses de abril y agosto de 2020, los robos violentos protagonizados por motochorros aumentaron más de un 25 % comparado con el mismo período de 2019.
Otro dato oficial: durante la pandemia, las entraderas aumentaron un 17% y convengamos que este delito no se realiza con las manos vacías. Para reducir a las victimas que el Estado impide que se defiendan hay que usar un arma de fuego ilegal. El uso de armas de fuego ilegales para llevar a cabo robos de celulares, bolsos, o un auto de alta gama es hoy más frecuente que antes de la prohibición estatal para portar, impuesta a los ciudadanos allá por el 2004 si la memoria no falla. Eso sí, datos estadísticos sobre este detalle concreto no hay, no sea cosa que las politicas desarmistas que persiguen y estigmatizan a las victimas que se defienden puedan ensuciarse. Lo que si hay es un aumento en los montos para el adaptado Plan de Entrega Voluntaria de Armas (Anónimo, sin pruebas balísticas ni nada que permita identificar si un criminal se está deshaciendo de un arma caliente con tres muertos encima)
En lo que va del año fueron asesinados 19 policías, y que 14 de esos crímenes ocurrieron en la provincia de Buenos Aires. Si se analizan detenidamente las estadísticas provisorias publicadas por el Ministerio Público Fiscal, se pueden concluir que los robos, entraderas y otro tipo de delitos cometidos con armas de fuego ilegales aumentaron. También ascendieron los homicidios en ocasión de robo. Durante el primer semestre de este año (con pandemia y aislamiento incluido), los “homicidios en ocasión de robo” aumentaron casi un 60% respecto a los seis primeros meses de 2019.
El “abuso de arma de fuego” durante un ilícito, cualquiera sea, aumentó casi un 10%, lo mismo que los delitos contra la “integridad sexual”. Dato llamativo: si se desea frenarlos realmente, solo hace falta que se les permita portar libremente a las victimas de abusos que deseen hacerlo. Pero se ve que el Gobierno y funcionarios prefieren enterrar mujeres inocentes a permitirles que se defiendan y vivan. ¿Será que con las mujeres abusadas y muertas se pueden currar en comisiones, cursos, casas de contención y un remunerativo etcétera o sería muy cínico pensar eso?
Otro dato alarmante y que pinta un futuro oscuro y complicado en lo social es el aumento del delito juvenil. Según los datos del Ministerio Público Fiscal del Fuero Penal Juvenil, los homicidios protagonizados por menores de edad subieron en un 3,5%; los casos de menores que hicieron abuso de armas de fuego ilegal para cometer sus delitos ascendieron un 65%; los menores de edad que participaron de algún tipo de estafa (secuestros virtuales por ejemplo) aumentaron casi un 67%. La relación del delito con los menores de edad es un hecho que en el país dejó de hablarse y debatirse en la opinión pública y entre los funcionarios responsables de llevar adelante las políticas para prevenir este tipo de sucesos. Para la próxima “quema de material violento” podrían llamar a Trotta para que pose, impresentable Ministro de Educación, así por lo menos después pueda decir que hizo algo por los menores en este aislamiento.
Las cifras hablan por si solas y el hecho de que se estigmatice a la gente que desea defenderse retumba. El Estado está a unos escasos meses de fallar en el tema de seguridad. La violencia criminal que se potenció durante la cuarentena es proporcional a la intensificación de las políticas pro delincuentes de distinta índole promovida por el Estado directa e indirectamente: no proteger la propiedad privada en las usurpaciones, denunciar a los propietarios que buscaban defender sus tierras ante la inacción estatal, liberar a miles de presos escudándose en el COVID19, arbitrarios “eco-proyectos” improvisados y basados en la nada misma como los de Esteban Bullrich o Matías Mestre que esconderían negociados millonarios en tierras, etc…
La Argentina se convirtió en un decadente crisol de políticos ineptos y oportunistas que no solo buscan cazar en el zoo para potenciarse a las elecciones cada dos años, sino que no dudan en atropellar las libertades individuales contribuyendo a convertir paulatinamente a la República en una tiranía. 
Justo en esos días de aquelarre desarmista y raid mediático para vender humo de la RAD al mejor estilo telecompras y publicación de alarmantes cifras criminales, el abogado Pablo Abdon Torres tuiteaba un pasaje de la sesión constituyente para la creación de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, esa papeleta tan olvidada como los nombres que se pueden apreciar en los debates con una altura perdida hace décadas en el país.
De los pasajes del compendio de 1923 son dos los que nos deberían llevar a reflexionar y a entender la importancia del derecho a la tenencia legal de armas establecidos en el espíritu de nuestras constituciones:
El 19 de abril Alsina afirmaba: “Yo creo que hay otro artículo de la Constitución que es el punto de vista de donde debemos partir. El artículo 21 dice : ´Todo ciudadano está obligado a armarse en defensa de la Constitución y de la patria´. Yo sostengo, señor Presidente, que, fuera del caso a que se refiere este artículo, ningún ciudadano está obligado a tomar el fusil, y que todo lo demás es echar por tierra la Constitución que se invoca. Y no se diga, señor Presidente, que en presencia de este artículo venimos a prestar acatamiento a las leyes que se dictan interpretando de distinta manera la Constitución y armando a los ciudadanos argentinos para que presten otros servicios que no son en defensa de la patria, ni para sostener la Constitución, porque tenemos a este respecto otros artículos muy precisos, y que parece que se hubiesen puesto allí como para prevenirse de las malas interpretaciones que pudieran darse a la Constitución. Me refiero al artículo de la Constitución Nacional que prohibe, al Congreso dar leyes que puedan alterar el espíritu de las leyes constitucionales. Este artículo prohibe, señor Presidente, que la República se pueda desnaturalizar. por medio de decretos y leyes que dicte el Congreso.”
Quizás el más claro al respecto haya sido Juan María Gutiérrez, el 27 de junio durante la octava sesión quien dijera claramente : “Por otra parte, la base de todo gobierno libre es que todo ciudadano tenga el arma en la mano y el derecho de defenderse; y esta debe ser la base de nuestra organización, y no debemos apartarnos de ella, porque también es la base de la libertad. No sería la provincia de Buenos Aires libre, si cada ciudadano se defendiera por si mismo, sin que jamás, en ningún caso, pudiera poner personero, porque las obligaciones individuales, la honra y los intereses del país no pueden comprarse por dinero. No; es preciso que todo ciudadano, en cualquiera situación que esté, sea un individuo apto para defender el país.”
Como una cachetada para despabilarnos, a través de las décadas, nos llega la iluminación de mentes que pensaron un país en valores e ideas en vez de cuidar su perpetuo silloncito cobrador de dietas. La involución que sufrimos actualmente es total en todos los aspectos: no sólo en lo moral y conceptual sino en lo discursivo, social y legal. Como advertían en siglo XIX, el delito crece, el país se destruye si al ciudadano no le permiten empuñar un arma para su defensa. Los recientes datos sobre el aumento de la criminalidad más arriba así lo afirman.
Es imperante que volvamos a nuestras raíces de libertad y razón porque la estupidez hace años que está en el poder y la tiranía de unos pocos va destruyendo el futuro de nuestros hijos. Las consecuencias del desarme civil están a la vista y son innegables.

https://www.infobae.com/politica/2020/11/08/los-numeros-del-delito-en-la-provincia-de-buenos-aires-durante-la-pandemia/

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