El desarme y el famoso monopolio de la violencia

Por Gustavo Rubio para Decilo Fuerte

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El desarme y el famoso monopolio de la violencia

Cada vez que sucede un “hecho de inseguridad”, es decir un hecho delictivo, y la victima del malviviente elige defenderse causando daño al agresor, desde los medios se repite, casi como un espasmo cerebral automatizado, la frase “el estado tiene el monopolio de violencia” como sentencia acusatoria que recrimina al individuo el instinto de supervivencia. El dedo acusador recae sobre quien ejerce la legitima defensa (repeler o impedir una agresión ilegítima) tratando de mostrar algo de erudición al momento de justificar e imponer un postura personal de quién se encuentra protegido por el escudo que da la exposición mediática o la función publica.
Quien acuñó ese concepto fue filósofo, economista y sociólogo alemán Maximilian Carl Emil Weber en su obra La política como vocación. Ahí dice: “Se define el Estado como la institución que posee el monopolio legítimo de la violencia dentro de un territorio” Por lo tanto el estado a nivel sociológico quedaría definido por el simple hecho de controlar el acceso a la violencia física. Para Weber no lo es lo que nutre al Estado únicamente, aunque sí afirma que es una forma específica elegida por la cual controla a sus individuos. Es importante destacar que dicho monopolio debe producirse a través de un proceso de legitimación, mecanismo de control que evita la muerte del estado y la aparición de la anarquía que reivindica y establece el uso de la violencia por parte del Estado. Esa legitimidad está dada por los individuos que lo conforman quienes delegan en el Estado parte de sus derechos y adquieren obligaciones para mantener una sociedad organizada dentro de normas establecidas.
Ahora bien, el mal uso de la frase “el monopolio de la violencia” en Argentina existe por dos razones: se confunde estado con gobierno de turno y no se toma al individuo como eje basico y fundamental de la sociedad. Ambas razones llevan a que la obra de Weber sea mal utilizada para tratar de justificar la mentira desarmista de que se es moralmente superior si la gente honesta se deja agredir por los delincuentes. Esa semilla de moralina predicada desde la seguridad del barrio privado o la custodia personal es la semilla de concepcion del estado como una sociedad colectivista en donde las libertades y derechos del individuo se diluye frente a las herramientas de un gobierno cada vez más peligrosamente totalitario. Y es asi que “El estado moderno es una asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que, a este fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas.”
Ese monopolio de la violencia mal entendido le viene costando a la Argentina miles de millones de dólares mal invertidos en una fuerza de seguridad enormemente numerosa y completamente ineficientes respaldados por políticas ineficaces. Cantidad no significa calidad. Ese monopolio de la violencia mal entendido y promocionado por los desarmistas les cuesta a la Argentina decenas de vidas que se pierden o destruyen a diario. Ha costado miles de victimas inocentes que se podrían haber salvado si los que nos gobiernan no hubiesen escuchado las mentiras vendidas por los desarmistas con su agenda turbia y sus intereses privados que buscan un control total sobre el otro, atándole las manos y quitándoles las herramientas para defenderse… Esa mala interpretación del concepto ha hecho del gasto público un despilfarro atroz e indecente en politicas chabacanas de seguridad y un “exterminio” sistematico de inocentes que se podria haber evitado.
En el 2019 el libro La política como vocación de Weber va a cumplir 100 años de su primera edición y estaría muy bueno que quienes opinen y legislen sobre la vida de los demás le peguen una leída ya que tiene la solución para los problemas del párrafo anterior. Si bien las fuerzas de seguridad y de defensa son los principales instrumentos para ejercer ese monopolio, pero para decepción de los mentirosos desarmistas, esto no significa que sólo la FUERZA PUBLICA deba ser usada para combatir la inseguridad: la FUERZA PRIVADA se puede utilizar también, siempre y cuando sea autorizada por el Estado dentro de sus leyes (Constitución, codigos penales, etc). En su teoría, Weber no se circunscribe a que sólo el gobierno utilice la violencia a traves de sus instrumentos de seguridad y defensa, sino que los individuos y organizaciones que pueden legitimar la violencia o pronunciarse sobre su legitimidad son precisamente aquellos autorizados para ello por el Estado (seguridad privada, legitimos usuarios etc). Así es que la capacidad de usar la fuerza ha sido otorgada por el Estado en la ley que enmarca la “Legitima Defensa” ( Código Penal Argentino (Art.34, inciso 6) y similares, así como la Constitución Nacional y provinciales, etc) y permite a las personas utilizar la violencia en defensa de su vida, de terceros o de los bienes, El monopolio de la violencia lo tiene el estado y no el gobierno. Recordemos que el estado somos todos los que estamos dentro de la ley.

2 thoughts on “El desarme y el famoso monopolio de la violencia

  1. Me quedo con la ultima frase, un concepto MUY IMPORTANTE a tener siempre presente: “El monopolio de la violencia lo tiene el estado y no el gobierno. Recordemos que el estado somos todos los que estamos dentro de la ley.”
    El gobierno debería estar preocupándose todo el tiempo en como hacer que nosotros, los ciudadanos, vivamos mas seguros y no tanto por la salud de los delincuentes.

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